El Parlamento británico debate la propiedad de los videojuegos: los jugadores merecen claridad
La petición, ya cerrada, instaba al Gobierno a actualizar la legislación de consumo para impedir que los editores desactiven juegos ya comprados sin reembolso. Esta idea, antaño marginal, está ganando adeptos a medida que los títulos de servicio en vivo maduran y exigen un apoyo constante. Durante la sesión, los diputados citaron ejemplos que iban desde XDefiant, de Ubisoft, hasta Concord, de Sony, para ilustrar la rapidez con que los juegos en línea pueden surgir, estancarse y desaparecer, llevándose consigo la inversión de los jugadores. La sesión situó a la industria del videojuego no como un sector de nicho, sino como una fuerza cultural y económica que se debate entre la responsabilidad y la evolución de los modelos de negocio.
"Vengo al debate no sólo como diputado, sino como jugador de toda la vida", dijo el diputado Ben Goldsborough durante el debate de la petición electrónica. La propia industria del videojuego aporta 7.600 millones de libras a la economía británica y mantiene más de 75.000 puestos de trabajo. Contamos con estudios líderes en el mundo, investigación puntera y algunas de las mentes más creativas y con más talento del planeta. Deberíamos valorar esta industria no sólo por su rendimiento económico, sino como una potencia cultural que da forma a las historias, el arte, la música y la tecnología". - Diputado Ben Goldsborough
El núcleo de la petición es una premisa sencilla: si los consumidores compran un juego, no debería dejar de poderse jugar a discreción de una empresa sin previo aviso ni reembolso. Esa frustración se ha agudizado a medida que los editores se inclinan por el diseño basado en servicios y las dependencias en línea. Cuando los títulos cierran abruptamente, a menudo no dejan ninguna versión offline, ningún valor reembolsado y ninguna forma de que las comunidades preserven su trabajo. La petición refleja la sensación de que las compras digitales deberían ofrecer al menos la estabilidad de los soportes físicos, en lugar de una licencia potencialmente temporal ligada a las decisiones del servidor.
Goldsborough reconoció que los juegos de servicio en vivo han producido comunidades duraderas y un desarrollo continuo, al tiempo que argumentó que han cambiado el significado de la propiedad. La industria ya ha registrado bajas notables, a veces antes del lanzamiento. Todavía está fresca la decisión de Ubisoft de retirar XDefiant tras constatar que "no tenía gasolina para llegar hasta el final". Otros ejemplos se produjeron sin previo aviso, lo que subraya la asimetría entre las expectativas de los consumidores y la discreción de los editores. Los defensores de la conservación advierten de que el riesgo va más allá de la equidad comercial y afecta a la memoria cultural, y señalan la estimación de la Videogame History Foundation de que el 87% de los juegos publicados antes de 2010 están ahora en peligro de extinción.
El diputado Warinder Juss hizo una comparación con la tecnología de consumo, afirmando:
"No aceptamos que nos apaguen el móvil cada vez que una empresa fabrica un nuevo modelo y quiere que lo compremos. Entonces, ¿por qué vamos a permitir que juegos valorados en miles de libras queden inutilizables sólo porque se hayan introducido nuevos juegos?". - Diputado Warinder Juss
La problemática vida útil de Concord sirvió de emblema. Lanzado en agosto de 2024 para PlayStation 5 y PC, el shooter pasó un breve periodo en el mercado antes de que Sony decidiera cerrarlo. La compañía reembolsó el dinero, un gesto alabado por los diputados, pero que no está garantizado en ningún otro lugar. El diputado Henry Tufnell utilizó Concord para subrayar el punto central de la petición: cuando los editores no pueden garantizar la longevidad, la claridad en el punto de venta resulta esencial.
"Un ejemplo reciente es 'Concord'", dijo Tufnell. "Tras un lanzamiento decepcionante, Sony Interactive Entertainment tomó la decisión comercial de cerrarlo. Sony reembolsó todas las compras, pero no siempre es así". Los diputados estarán de acuerdo en que si los editores no dejan clara la vida útil de un juego en el punto de venta, deben rendir cuentas." - Diputado Henry Tufnell
A pesar de la seriedad de las intervenciones, el debate no fue señal de una legislación inminente. Las peticiones parlamentarias fuerzan la conversación, no la política, y los legisladores reconocieron la tensión entre la certidumbre del inversor, la libertad creativa y la seguridad del consumidor. Goldsborough concluyó argumentando que preservar los juegos e informar a los compradores no tiene por qué obstaculizar la innovación, situando el valor cultural junto al argumento comercial.
"Insto al Gobierno a que estudie la financiación, las asociaciones y el apoyo del sector para garantizar el mantenimiento de una biblioteca repleta de juegos importantes", afirmó. "Nunca imaginaríamos despulpar todos los ejemplares de Shakespeare, y no deberíamos pensar de forma diferente sobre los videojuegos". - Diputado Ben Goldsborough
Añadió una nota de cautela sobre la rigidez de los requisitos. "Exigir a los desarrolladores que definan de antemano las estrategias de fin de vida podría ahogar la innovación y crear riesgos imprevistos. Pero los jugadores merecen claridad. Si es probable que un juego deje de funcionar, hay que decírselo". - Diputado Ben Goldsborough
Lee también, Sony dice que el próximo Marathon de Bungie evitará el destino de Concord, con pruebas de juego internas y comentarios de los jugadores guiando el desarrollo en lugar de bombo publicitario. Las primeras impresiones sugieren una identidad más definida, lejos de la trampa de "otro shooter de héroes" que minó el debut de Concord.

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