Reseña de Formula Legends: un homenaje lúdico a siete décadas de F1
Formula Legends es un juego de carreras arcade que aborda la Fórmula 1 desde una perspectiva completamente diferente a las simulaciones anuales de Codemasters. Desarrollado por 3DClouds, el estudio más conocido por Paw Patrol Grand Prix y Gigantosaurus: Dino Kart, el juego parece a simple vista una experiencia infantil, pero rápidamente se convierte en algo mucho más ambicioso. Abarcando más de siete décadas de historia del automovilismo, con sus propios pilotos ficticios, coches sin licencia y circuitos en evolución, intenta construir un homenaje integral a la evolución de la Fórmula 1. El resultado es colorido y sorprendentemente detallado, pero también se ve afectado por decisiones de diseño inconsistentes y la falta de opciones multijugador competitivas.
La reseña de Luke Reilly en IGN subraya esta inusual dualidad, señalando que, si bien Formula Legends entretiene constantemente con encanto y atención al detalle, también falla con el retraso de la dirección, una IA impredecible y una estructura de carrera limitada. Estos fallos no perjudican por completo la experiencia, pero impiden que el juego alcance los estándares de los títulos de carreras más pulidos.
Formula Legends comienza con un modo carrera que abarca siete décadas, comenzando en los 60 y recorriendo las principales épocas del deporte. A diferencia de la mayoría de los juegos de carreras que obligan a los jugadores a seguir un estricto orden cronológico, este permite la libertad de cambiar de época una vez superados ciertos campeonatos. Esta flexibilidad permite a los jugadores disfrutar de un campeonato de los 80, desbloquear un coche de la década de 2020 y luego volver a los 90 sin tener que esforzarse en cada evento intermedio. El diseño prioriza la progresión, pero evita la monotonía, un equilibrio que distingue a la estructura de los títulos tradicionales de automovilismo.

El formato sin licencia no se considera una limitación. En cambio, 3DClouds llena las plantillas con nombres de pilotos irónicos como Osvald Pastry, Luis Hammerton, Marvin Brubble y los hermanos Shoemaker. Los equipos y pilotos existen como caricaturas en lugar de recreaciones auténticas, pero se inclinan por un tono lúdico. Hay errores ocasionales, como el cambio de nombre de Alan Jones a Al John y su inexplicable traslado de Australia a Nueva Zelanda en la década de 1980, pero el enfoque de parodia le da al juego una voz única. La falta de licencias oficiales deja claro que Formula Legends no compite con la saga de F1 de Codemasters en autenticidad, pero lo compensa con una creatividad desenfadada.
Los modelos de coches también siguen esta dirección. Son compactos y exagerados, con una calidad de juguete que recuerda a Micro Machines, y el diseño de sonido está a la altura de la atención al detalle. Cada época de las carreras se caracteriza por sus sonidos de motor distintivos, desde el estruendo de los V10 hasta los tonos comparativamente sobrios de los motores híbridos modernos. Si bien existe un problema técnico que a veces corta el sonido de los coches modernos, la atención al detalle en la evolución del motor refuerza el compromiso de los desarrolladores de representar décadas de la atmósfera de la Fórmula 1.

Los circuitos reciben el mismo tratamiento. Cada ubicación está disponible en diferentes configuraciones que evolucionan con el tiempo, presentando versiones antiguas, clásicas y modernas. Por ejemplo, un circuito alemán puede parecer un extenso homenaje al Nürburgring Nordschleife, rodeado de bosques, o un circuito de Gran Premio más corto y convencional en su versión moderna. Un circuito australiano alterna entre trazados inspirados en Adelaida y Melbourne, mientras que se pueden aplicar filtros a las carreras para lograr una apariencia de grano de película vintage o un efecto de televisión CRT. Estos pequeños detalles reflejan la intención de los desarrolladores de sumergir a los jugadores en una época diferente, en lugar de simplemente rediseñar los circuitos.
La atención al detalle es constante en toda la presentación, pero el rendimiento en pista revela el punto débil del juego. La dirección a menudo se siente retrasada, lo que dificulta la precisión en las curvas. Los cambios de dirección rápidos, especialmente en las chicanas, pueden provocar correcciones torpes. Reilly señala que esta falta de control se vuelve frustrante en sesiones largas, ya que impide a los jugadores encontrar un ritmo fluido. Es posible adaptarse al manejo, pero la falta de respuesta sigue siendo notable incluso después de jugar durante un tiempo prolongado.

Los oponentes de la IA son otro problema recurrente. El contacto con ellos suele provocar reacciones exageradas, como subvirar directamente contra las barreras o verse obligado a reducir drásticamente la velocidad. En algunos circuitos, es fácil superar a los oponentes de la IA, pero en otros, especialmente en el equivalente de Mónaco, su rendimiento es de repente irreal. La falta de ajustes de dificultad entre carreras individuales dentro de un campeonato agrava el problema. Una vez seleccionado un nivel de dificultad, este permanece fijo durante toda la secuencia, lo que significa que un jugador puede adelantar fácilmente a sus oponentes en una pista y verse superado en la siguiente sin posibilidad de recalibrarlo.
Estos problemas se ven agravados por la ausencia de multijugador. Sin modos en línea ni pantalla dividida, la IA inconsistente se convierte en la única competencia. Los aficionados a las carreras que prefieren poner a prueba sus habilidades contra otros jugadores se centran principalmente en la progresión profesional. Si bien la estructura de la carrera es sólida, su potencial se ve socavado por la falta de rivalidad humana.

Sin embargo, hay elementos que mejoran la experiencia de carrera a pesar de estas frustraciones. Se incluyen el desgaste de neumáticos, las estrategias de boxes y el clima dinámico, lo que permite tomar decisiones tácticas durante la carrera. Elegir entre entrar en boxes o estirar los neumáticos para una vuelta más introduce momentos de riesgo-recompensa que pueden influir en el resultado de la carrera. La inclusión de estos sistemas es ambiciosa para un juego que, por lo general, prioriza un tono desenfadado y accesible. Sugiere que los desarrolladores pretendían que Formula Legends fuera más que un juego de carreras simplificado y orientado a niños.
Formula Legends funciona mejor como un repaso histórico de las épocas estilísticas de la Fórmula 1 que como un simulador de carreras perfeccionado. Quienes estén familiarizados con títulos como Art of Rally o Circuit Superstars reconocerán la perspectiva cenital y la estilizada dirección artística, pero Formula Legends se distingue por intentar encapsular la evolución de todo un deporte. Destaca la transición de los circuitos rurales rodeados de fardos de heno a los recintos de carreras urbanos, los cambios en la cultura del motor y la evolución del diseño de coches a través de la parodia.

Las referencias nostálgicas también se extienden al estilo visual. Los filtros opcionales transportan a los jugadores a la estética de los años 80 y 90, consolidando aún más las carreras en la época elegida. El juego no se limita a ofrecer circuitos y coches temáticos, sino que intenta evocar la presentación mediática y la memoria cultural asociadas a cada época. Este esfuerzo subraya la pasión de los desarrolladores por la historia de la Fórmula 1, incluso sin licencias oficiales.
Las desventajas del retraso en la dirección, la IA inconsistente y la ausencia de multijugador impiden que Formula Legends sea universalmente atractivo. Para los aficionados a las carreras, estos problemas pueden reducir la sensación de competición. Para los jugadores ocasionales, las peculiaridades del manejo pueden ser un obstáculo para disfrutar de la profundidad de la carrera. Sin embargo, para los jugadores que valoran los homenajes creativos a la historia del automovilismo, Formula Legends ofrece algo distinto en el panorama actual de los juegos de carreras.
Formula Legends se erige como una alternativa vibrante a las simulaciones realistas que dominan el mundo de los juegos de Fórmula 1. Sus divertidas caricaturas, circuitos en constante evolución y atención al detalle demuestran una genuina admiración por el legado de este deporte. Al mismo tiempo, la falta de refinamiento en sus mecánicas de juego le impide alcanzar un reconocimiento más amplio. Para los jugadores dispuestos a aceptar sus imperfecciones, ofrece un gratificante viaje a través de una línea temporal ficticia de carreras de monoplazas. Para otros, la ausencia de equilibrio competitivo y multijugador puede resultar demasiado limitante.
En definitiva, Formula Legends se centra menos en competir con la franquicia oficial de F1 y más en celebrar décadas de cultura de las carreras desde una perspectiva original. Logra aportar nostalgia, humor y variedad al género, aunque no siempre pueda ofrecer un rendimiento constante en las carreras.
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