Mala Petaka recupera la energía del Doom de los 90 con un toque moderno, magnífico y brutal
Mala Petaka, de Hellforge Studios, es un vívido recordatorio de que el ADN de los shooters de los noventa sigue vivo hoy en día. Construido íntegramente en GZDoom, una bifurcación modernizada del motor original de Doom, este lanzamiento de 2025 combina el combate ajustado y la velocidad de los shooters clásicos con efectos visuales brillantes, mecánicas ingeniosas y una sorprendente cantidad de personalidad.
A primera vista, Mala Petaka parece un experimento arcade japonés perdido de principios de los noventa. La estructura familiar de la era Doom está presente: ametrallamiento rápido, respuesta instantánea y enjambres de enemigos que llenan las habitaciones en cuestión de segundos. Pero en lugar de los lúgubres paisajes infernales y los temas demoníacos de su predecesor, el juego sustituye el fuego y el metal por el color y el encanto. Cada nivel rebosa de tonos primarios, diseño caricaturesco y una banda sonora chiptune que mantiene el ritmo implacable.
El protagonista, Petaka -un luchador con cara de calavera y un estilo inconfundible- combina humor y brutalidad. Los combates son inmediatos y duros. Los jugadores pueden morir en cuestión de segundos, y el éxito depende de dominar el ritmo y la reacción. La demo demuestra rápidamente que a Mala Petaka no le interesa perdonar los errores. Cada esquiva fallida o disparo desperdiciado se paga caro.
La jugabilidad se inspira tanto en las viejas como en las nuevas escuelas de diseño. Junto a la clásica acción de correr y disparar, hay un moderno sistema de muerte pseudogloriosa que permite a los jugadores ejecutar a enemigos debilitados en ráfagas de golpes cuerpo a cuerpo. Estas muertes pulverizan la salud y la munición, convirtiendo la precisión en supervivencia. Se trata de un bucle que resultará familiar a cualquiera que haya jugado a los nuevos shooters de arena, pero con una base inconfundiblemente retro.
El movimiento desempeña un papel igualmente importante. Hellforge Studios añade opciones de movilidad como los saltos largos, los efectos de congelación y los modos dios temporales que modifican cada encuentro. Una pistola de congelación permite a los jugadores detener el fuego enemigo, mientras que un lanzagranadas abre espacio para el control táctico. No es una reinvención de la fórmula de Doom, sino una evolución que crea profundidad dentro de las limitaciones del viejo motor.
"Mala Petaka se pregunta: ¿y si Doom fuera un juego dulce como una gominola que hicieron en Japón en 1992?" - Joshua Wolens, PC Gamer
Esa pregunta define la identidad estética del juego. Celebra la nostalgia sin recurrir a la imitación. Cada disparo, explosión y cambio de color parece deliberado, como si los desarrolladores quisieran demostrar hasta dónde puede llegar un motor antiguo en 2025. El marco GZDoom, derivado por primera vez del código original de Doom hace dos décadas, sigue siendo sorprendentemente capaz en las manos adecuadas.
A pesar del encanto del juego, Mala Petaka no es fácil. Los enemigos se abalanzan desde todos los ángulos, la munición se agota rápidamente y los jugadores deben cambiar constantemente de armas y tácticas. Es el tipo de juego que castiga el descuido pero recompensa la maestría. Morir repetidamente se siente como parte del ritmo y no como un defecto.

El proyecto es la prueba de que la vieja tecnología aún puede inspirar nueva creatividad. Mientras que la mayoría de los shooters modernos persiguen el fotorrealismo a través de Unreal Engine 5 y complejos sistemas de iluminación, Mala Petaka se nutre de la simplicidad y el ímpetu. Su mundo puede parecer caricaturesco, pero la precisión de sus mecánicas demuestra un diseño cuidadoso y una gran comprensión técnica.
Con sólo una demo disponible, Mala Petaka ya parece un favorito de culto en ciernes. Para los jugadores que crecieron con Doom o Quake, ofrece una chispa nostálgica envuelta en un pulido moderno. Para los recién llegados, es una visión accesible de por qué las raíces del género FPS siguen siendo importantes. Hellforge Studios no sólo ha revivido un motor, sino que ha recordado a la industria que la jugabilidad pura nunca pasa de moda.
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