EA se prepara para una compra de 55.000 millones de dólares con un consorcio liderado por Arabia Saudí; el director ejecutivo promete que los valores de la empresa se mantendrán.
Electronic Arts está a punto de adquirir 55 000 millones de dólares, una operación que involucra al Fondo de Inversión Pública Saudí (PIF), Silver Lake y Affinity Partners, la firma de inversión propiedad de Jared Kushner, yerno del expresidente estadounidense Donald Trump. Según informes del Financial Times, se espera que el acuerdo enfrente una mínima oposición regulatoria, en gran medida debido a la participación de Kushner y sus vínculos con Arabia Saudí.
Una fuente declaró al Financial Times: «Kushner tiene una relación personal y vínculos profundos con Arabia Saudita. Se siente muy cómodo operando en Oriente Medio. Esto ha creado una base de confianza». Otra fuente añadió:
"Estamos en un entorno regulatorio favorable. No estamos en el régimen anterior".
La participación de Kushner y el PIF contrasta con adquisiciones previas de alto perfil en el sector de los videojuegos, como la compra de Activision-Blizzard por parte de Microsoft por 69 000 millones de dólares, que fue objeto de escrutinio por parte de la Comisión Federal de Comercio (FTC) bajo la dirección de Lina Khan. El actual presidente de la FTC, Andrew N. Ferguson, nombrado por el presidente Biden, ha mostrado una postura menos restrictiva respecto a las fusiones y adquisiciones. Una fuente señaló con contundencia: "¿Qué regulador le va a decir que no al yerno del presidente?".
La adquisición incluye la extensa cartera de EA, que abarca estudios como BioWare, Maxis, Motive Studio, Respawn Entertainment, Ripple Effect y Criterion. El acuerdo también implicará que EA asuma una deuda de aproximadamente 20 000 millones de dólares, lo que genera inquietud sobre posibles medidas de recorte de costes y el futuro de franquicias como Star Wars y Mass Effect.
Aquí tienes un resumen de la reseña de EA Sports FC 26.

El director ejecutivo de EA, Andrew Wilson, abordó estas preocupaciones en una declaración, asegurando a los fanáticos que los valores fundamentales y la misión de la compañía permanecerían intactos.
"Estamos entrando en una nueva era de oportunidades. Esta es una de las inversiones más grandes e importantes jamás realizadas en la industria del entretenimiento", afirmó Wilson. "Nuestros nuevos socios aportan una amplia experiencia en deportes, videojuegos y entretenimiento. Están comprometidos con EA con convicción: creen en nuestra gente, nuestro liderazgo y la visión a largo plazo que estamos construyendo juntos. Nuestra misión en EA —Inspirar al mundo a jugar— sigue guiando todo lo que hacemos. Nuestros valores y nuestro compromiso con los jugadores y aficionados de todo el mundo se mantienen inalterados. Con un rigor continuo y una excelencia operativa, podemos potenciar la creatividad de nuestros equipos, acelerar la innovación y buscar oportunidades transformadoras que posicionen a EA para liderar el futuro del entretenimiento. Juntos, crearemos experiencias audaces, expresivas y profundamente conectadas para inspirar a generaciones de jugadores de todo el mundo". — Andrew Wilson
Si bien la declaración de Wilson no aborda explícitamente las preocupaciones de los fans sobre los juegos con temática LGBT+, sí enfatiza la continuidad operativa y el compromiso con la misión actual de EA. Los analistas sugieren que la combinación de inversores adinerados y un clima regulatorio favorable al consorcio podría permitir a la compañía mantener su rumbo creativo mientras se expande a nuevos mercados.
Se espera que la adquisición se concrete a mediados de 2027, momento en el que el consorcio asumirá la propiedad total, aunque Wilson seguirá siendo el director ejecutivo. El acuerdo pone de relieve cómo las conexiones políticas, como las de Kushner, pueden influir en adquisiciones corporativas de alto riesgo, especialmente en sectores que interactúan con el entretenimiento y la tecnología a nivel mundial.
La transacción de 55 mil millones de dólares marca uno de los movimientos más grandes y más analizados en la historia de los videojuegos, y señala posibles cambios tanto en las estrategias comerciales como creativas de una empresa considerada durante mucho tiempo como un pilar de la industria.
Tanto los reguladores como los inversores y los fanáticos observarán de cerca cómo se completa la adquisición, equilibrando la promesa de una inversión significativa con las preocupaciones sobre la independencia creativa y las implicaciones más amplias de la inversión extranjera en las empresas de entretenimiento con sede en Estados Unidos.
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