
Revisión del mando de GameCube para Switch 2: diseño clásico con toques modernos
Nintendo ha recuperado el mando de GameCube para Switch 2, conservando su aspecto clásico y añadiendo algunos toques modernos. Mantiene los sticks analógicos originales, los botones A y B y los gatillos L y R sensibles a la presión, pero ahora viene inalámbrico con carga USB-C, controles giroscópicos y botones adicionales para la compatibilidad con Switch 2. Aunque destaca a la hora de replicar la experiencia de GameCube, sus limitaciones en contextos de juego modernos demuestran que se diseñó primero para la nostalgia y luego para la versatilidad.
El análisis de John Carson en IGN destaca que el mando de GameCube de Switch 2 evoca inmediatamente los primeros años de la década de 2000. Su forma, distribución de botones y estética de juguete permanecen intactas. El stick analógico gris con su agarre concéntrico rugoso y su puerta octogonal, el pequeño d-pad y el botón A de gran tamaño emparejado con el diminuto botón B no han cambiado. Los botones X e Y mantienen su peculiar forma de judía. Nintendo ha evitado deliberadamente alterar la ergonomía o la disposición de los botones que algunos encontraban incómoda en el diseño original. Para los amantes del mando de GameCube, se trata de una reproducción fiel; para los recién llegados, puede resultar inusual.
La inclusión de los gatillos analógicos L y R destaca como una característica que falta en la mayoría de los mandos modernos. Estos gatillos son totalmente sensibles a la presión y funcionan exactamente igual que los originales. En F-Zero GX, por ejemplo, pulsar los gatillos permite controlar con precisión la velocidad y la dirección del vehículo. La sensación es auténtica, aunque ligeramente más rígida que la de un mando usado durante 20 años. Esto garantiza que los juegos de GameCube en Switch 2 se comporten como es debido, preservando el legado de los títulos que se basaban en la entrada analógica.

Imagen: IGN
El mayor cambio respecto al diseño clásico es el paso al juego inalámbrico. En lugar de un cable fijo, el controlador cuenta con un puerto USB-C y viene con un cable USB-C de cinco pies para cargar o usar acoplado. La duración de la batería es sólida, similar a la del mando Switch 2 Pro. Semanas de juego solo requirieron unas pocas cargas, lo que elimina la preocupación de quedarse sin energía a mitad de sesión. El mando supera al antiguo WaveBird en comodidad y rendimiento, convirtiéndose en la mejor experiencia GameCube sin cables hasta la fecha.
Nintendo no se ha limitado al juego inalámbrico. El mando incorpora varios botones pequeños, como Home, Capture, ZL y un nuevo botón C para la función GameChat de Switch 2. Estos botones son discretos y están escondidos en el centro de la pantalla. Estos botones son discretos y están situados alrededor de los gatillos originales. Funcionan, pero su ubicación y pequeño tamaño los hacen menos cómodos que los Joy-Con o el Pro Controller. También se incluyen controles de movimiento, que permiten apuntar con el giroscopio en juegos como Breath of the Wild o Splatoon 3. El giroscopio responde bien y es preciso. El giroscopio es sensible y preciso, ampliando la utilidad del mando más allá de los títulos de GameCube.
A pesar de estas mejoras, el mando no está totalmente adaptado a la biblioteca de Switch 2. Se echan en falta funciones fundamentales: los sticks analógicos izquierdo y derecho no se pueden pulsar, no hay botón menos, no hay rumble HD y no es posible reasignar botones. Aunque la disposición tradicional se adapta bien a muchos juegos, estas omisiones crean fricciones en los títulos que se basan en los estándares de los mandos modernos. Las carreras de Mario Kart resultan nostálgicas, pero el juego en mundo abierto pone de manifiesto la falta de opciones y las limitaciones de accesibilidad.

Imagen: IGN
El enfoque de Nintendo conserva la sensación original, pero deja dudas sobre la usabilidad en un contexto más amplio de Switch 2. El botón ZL en forma de pastilla podría haber reflejado el botón Z de estilo parachoques, más ergonómico, pero Nintendo priorizó la autenticidad estética sobre la ergonomía moderna. Estas elecciones de diseño hacen que el mando sea menos versátil que el Pro Controller, que sigue siendo la mejor opción para los jugadores que quieran una funcionalidad completa.
La disponibilidad está restringida a los suscriptores de Nintendo Switch Online. Cada cuenta solo puede adquirir un mando, lo que dificulta el montaje de varios mandos para sesiones multijugador. El precio es de 69,99 €, justo por debajo del Switch 2 Pro Controller, lo que refleja tanto el valor nostálgico como la funcionalidad limitada. Para los coleccionistas y los fans, la exclusividad añade atractivo; para los jugadores ocasionales, es un punto de entrada empinado.

Imagen: IGN
En general, el mando de GameCube para Switch 2 es una fiel reproducción. Captura la sensación de los juegos de principios de la década de 2000 con gatillos analógicos, la disposición clásica de los botones y el placer táctil del diseño original. El juego inalámbrico, los controles giroscópicos y los botones adicionales mejoran la compatibilidad con la biblioteca de Switch 2, pero se quedan cortos en cuanto a funcionalidad moderna. Es más adecuado para los títulos NSO de GameCube, donde brilla su diseño. Para estos juegos, sigue siendo el mando definitivo.
Adquirirlo es sencillo, pero requiere una suscripción a NSO, lo que limita el acceso a una sola unidad por cuenta. Los jugadores que quieran varios mandos tendrán que coordinarse con familiares o amigos. A pesar de estos obstáculos, Nintendo ha creado un mando que ofrece nostalgia, autenticidad y un toque de comodidad moderna.
Para cualquiera que quiera disfrutar de los clásicos de GameCube en Switch 2, el mando merece la pena. Supera la prueba de reproducción auténtica con nota, manteniendo intactos los gatillos analógicos y la estética original al tiempo que ofrece un atisbo de mejoras modernas. Sus limitaciones en el juego más amplio de Switch 2 son evidentes, pero no eclipsan la alegría de volver a un diseño familiar y querido.

El mando de GameCube de Switch 2 recuerda a los jugadores por qué los periféricos de Nintendo siguen siendo icónicos. Es un puente entre el pasado y el presente, ya que ofrece juego inalámbrico y controles de movimiento a la vez que mantiene las peculiaridades que hicieron inolvidable al original. Aunque no es un sustituto completo del mando Pro, es la elección definitiva para cualquiera que se sumerja en la biblioteca de GameCube de NSO, ya que ofrece nostalgia y una jugabilidad fiable.
Nintendo ha creado un clásico fiel con algunos toques modernos. Los gatillos analógicos, el control giroscópico y la capacidad inalámbrica lo hacen práctico para hoy, pero la ausencia de sticks clicables, rumble HD y remapeo limitan todo su potencial. Aun así, para los juegos de GameCube, es la mejor opción, ya que combina lo viejo y lo nuevo en un paquete que evoca el encanto único de la consola.
Este es el mando de GameCube para Switch 2: un guiño al pasado, ligeramente modernizado, y perfecto para aquellos dispuestos a revivir la jugabilidad de principios de los 2000 sin renunciar a la autenticidad. Es un mando que sabe lo que es y cumple lo que promete, lo que lo convierte en una opción destacada para la biblioteca NSO GameCube de cara al futuro.
Comentarios