
Adoración: Pikmin y los rituales de sangre en forma de juego de rol
Worship sale el 16 de julio. Juegas como el líder de un culto dedicado a un dios de la aniquilación, reclutando seguidores, derramando sangre y aplastando enemigos en un retorcido roguelike tipo Pikmin que gira en torno a rituales, sacrificios y poder impío. Tiene buena pinta, se juega de forma inteligente y quiere que te sientas un poco culpable por todo.
La demo de Worship te pone directamente en la piel de un nuevo líder de culto que jura lealtad a An-Ansgaidh, un dios ancestral que considera que acabar con la existencia es el acto de misericordia definitivo. No se trata de un proceso lento ni de un aprendizaje suave, sino de un tutorial rápido, un grimorio que habla con descaro y, a continuación, estarás sangrando en el suelo para dibujar símbolos mágicos y convertir a los impíos.
No empiezas con ningún seguidor. Eso es un problema para el líder de una secta, pero se resuelve rápidamente. ¿El método de conversión? Córtate la mano, sangra por el suelo y forma figuras sagradas que atraigan a los ateos cercanos a tu creciente rebaño. Cada símbolo -círculo, cuadrado, triángulo- representa un hechizo o una orden diferente. El sistema parece sencillo, pero se convierte en un lenguaje ritual por capas que usarás constantemente, incluso bajo presión.
Realizar magia con tu propia sangre te cuesta salud, así que al principio eres frágil. El mundo es peligroso. No todos los enemigos pueden convertirse. Algunos, como los fanáticos con estoques y los horrores que escupen bilis, buscan sangre. Pero una vez que has conseguido suficientes seguidores, el juego se convierte en una cuestión de posicionamiento, sincronización y puntería. Marcas a un enemigo y tu secta se abalanza sobre él como una ola.

El combate se basa en enjambres y parece una defensa de torres a la inversa. El número de cadáveres aumenta rápidamente, pero no son descerebrados. Los sectarios pueden caer inconscientes y volver a levantarse. Pueden ser recogidos y utilizados como herramientas: lanzados contra campanas, destripados para rituales o sacrificados para obtener un efecto de hechizo más potente. Pero matarlos tiene un coste: menos cuerpos significa un ejército más débil, y nunca sienta bien quemar los propios.
"No me gusta matar a los cultistas. En parte porque me deja con un cultista menos, lo que hace que mi ejército impío sea un poco más débil. Pero en parte porque no se siente bien. Yo los traje a esto".
La sangre es un recurso central, y el juego no tiene reparos en mostrar de dónde procede. Puedes recuperar sangre de cultistas caídos, rituales fallidos, plantas, piedras y fuentes. Incluso cuando tu magia falla, el fluido nunca se desperdicia. Es un ciclo de muerte, cosecha e invocación, y todo está pintado con nítidos efectos visuales en blanco y negro que resaltan lo sombría que es tu misión.
A medida que completes encuentros de combate y rituales de tributo, accederás a cofres que contienen reliquias, catalizadores y fuentes. Los catalizadores desbloquean nuevas habilidades y ventajas pasivas, como poder lanzar a los cultistas más lejos o lanzar hechizos de sangre con más eficacia. Cuanto más fuerte sea tu culto, más fuerte serás tú. Pero sin tus seguidores, eres débil. La magia lleva tiempo. El combate no.
El juego también incluye la construcción del mundo. Puede que te tropieces con un pueblo fantasma congelado en mitad de un ritual porque sus músicos han tocado la canción equivocada con instrumentos fabricados con huesos. Tu trabajo consiste en encontrar a los músicos y terminar el rito. La música que sigue es inquietante y memorable. La atmósfera de Worship se basa en el diseño de sonido y en un marcado contraste visual. El bien y el mal se representan en blanco y negro extremo, tanto literal como simbólicamente. Y funciona.
Finalmente, la demo te lleva a las puertas de La Última Iglesia, un misterioso lugar al que tu grimorio ha culpado de todo hasta ahora. Allí te encuentras con Ulmira y Eleanor: una mujer de blanco, la otra un monstruo con una muñeca. Tu dios te ordena que las mates.
No puedes herir a Eleanor directamente. Ella aturde y quema a tus cultistas cuando se acercan. Su muñeca te persigue por todo el mapa. Ulmira, sin embargo, es vulnerable. Cuando la atacas, Eleanor salta para protegerla. Esa es tu oportunidad. Ataca a Ulmira para poner a Eleanor en peligro. Docenas de seguidores mueren. Finalmente, Eleanor cae. Ulmira acuna su cuerpo, sollozando. Y ahí es donde termina la demo.
"Ganar no debería sentar bien. Y me alegro de que Worship lo entienda".
Puede que el mayor punto fuerte de Worship sea la claridad con la que entiende sus propios temas. El arte y la música te atraen. Los rituales y el combate son satisfactorios. Pero el verdadero gancho es cómo el juego enmarca tu papel como líder de una secta. Eres poderoso, pero nunca heroico. Tu causa es la devoción a la aniquilación. Cuanto más ganas, más perturbador resulta. Y de eso se trata.
Worship sale a la venta el 16 de julio para PC. Si quieres algo que juegue como Pikmin, piense como un roguelike y sangre como una película de terror, puede que merezca la pena verlo.
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