La película Exit 8 convierte el terror del corredor infinito en un drama psicológico en el TIFF 2025
Una nueva película de terror psicológico, Exit 8, se ha estrenado en el Festival Internacional de Cine de Toronto 2025, ofreciendo un tipo diferente de adaptación de videojuegos. Producida por Toho y dirigida por Genki Kawamura, la película se basa en el simulador de senderismo de terror indie de 2023 del mismo nombre. Mientras que el juego se basaba en la repetición espeluznante y la observación sutil, la película reinterpreta esa mecánica como una metáfora de la lucha personal, la responsabilidad y la masculinidad.
El juego original Exit 8 situaba al jugador en un pasillo interminable con una regla sencilla: si ves algo anormal, date la vuelta. Para escapar, había que identificar correctamente ocho anomalías seguidas. El juego se basaba menos en sustos o elementos de terror convencionales y más en una constante sensación de pavor, construida a través del silencio, la atmósfera y lo misterioso. Con su enfoque minimalista, se convirtió rápidamente en un favorito de culto de la comunidad de juegos de terror.
La adaptación de Kawamura conserva el inquietante entorno del corredor infinito, pero añade una capa narrativa ausente en el juego. En lugar de una figura anónima, la película se centra en un protagonista interpretado por Kazunari Ninomiya, un trabajador a tiempo parcial con problemas personales. Antes de quedar atrapado en el pasillo sin fin, habla con una mujer embarazada en un hospital, lo que sugiere una relación complicada y un futuro incierto.

Al conectar el bucle interminable del pasillo con el conflicto interno del protagonista, la película cambia el significado de Exit 8. El pasillo se convierte no sólo en un rompecabezas, sino en una representación de sus dudas sobre la paternidad. Hasta que acepte sus responsabilidades, permanecerá atrapado en el limbo. Kawamura utiliza este espacio sencillo pero opresivo para enmarcar el viaje del personaje hacia la confrontación de sus dudas.
La película también amplía el alcance de la metáfora introduciendo personajes adicionales. Junto al protagonista de Ninomiya, hay un oficinista mayor y un niño, que también recorren el pasillo. El oficinista se debate entre priorizar su propia supervivencia o ayudar al niño a escapar. Esta tríada de figuras masculinas de distintas edades constituye un estudio generacional de la masculinidad, la responsabilidad y los ciclos de abandono. Cada personaje encarna una etapa diferente de la vida, pero todos se enfrentan al mismo entorno en bucle.
El refuerzo temático se extiende al diseño sonoro de la película. La historia comienza con el protagonista escuchando el Bolero de Maurice Ravel, una pieza orquestal repetitiva que repite la misma melodía con sutiles variaciones. Esta elección refleja la interminable repetición del pasillo y subraya la lucha del protagonista por romper los esquemas de su propia vida. El pasillo funciona así como una trampa literal y un escenario simbólico donde se ponen a prueba los ciclos de indecisión, huida y responsabilidad.
Exit 8 no intenta reproducir la experiencia exacta del juego, que se basaba en una mecánica minimalista y en la interpretación del jugador. En su lugar, traduce esas ideas a una forma cinematográfica que prioriza el simbolismo y el desarrollo de los personajes. El inquietante pasillo sigue apareciendo con sus taquillas, carteles y pancartas, pero el foco de atención se desplaza de las anomalías del entorno al estado emocional del protagonista. Al materializar el pasillo como un reflejo del conflicto interior, Kawamura crea una historia que honra y se aleja del juego.

La adaptación se centra menos en los sustos y más en el desasosiego. Los espectadores familiarizados con el juego pueden encontrar la película menos aterradora, pero el giro hacia el terror psicológico y simbólico la abre a un público más amplio. El corredor se convierte en una metáfora de los ciclos de la vida y de los roles masculinos dentro de ellos, lo que permite que la historia funcione en múltiples niveles.
El planteamiento de Kawamura contrasta con la tendencia de las adaptaciones de videojuegos muy literales, que a menudo intentan reproducir los escenarios, la historia y la acción sin explorar temas más profundos. Al utilizar la estructura de Exit 8 como marco para una nueva narrativa, el director demuestra que los videojuegos pueden inspirar películas independientes que reflejen el núcleo del material original. Esta dirección podría servir de modelo para futuras adaptaciones, sobre todo de juegos con fuertes bases simbólicas o atmosféricas.

El resultado es una película que replantea el simple bucle del juego para convertirlo en una meditación sobre las decisiones vitales. El pasillo blanco ya no es sólo un espacio donde aparecen anomalías, sino un escenario para la autorreflexión y la transformación. El personaje de Ninomiya debe enfrentarse no sólo a la extrañeza del entorno, sino también a sus miedos a la responsabilidad y la paternidad. Su viaje consiste en decidir si seguir huyendo del compromiso o afrontarlo directamente.
Exit 8 también demuestra cómo un diseño minimalista puede prestarse a una narración flexible. El juego original ofrecía pocos detalles sobre su protagonista, permitiendo a los jugadores proyectarse en el pasillo. La película toma el camino opuesto, basando la experiencia en la vida de un personaje concreto. Este cambio no diluye la atmósfera, sino que la reimagina como un paisaje metafórico. El paso del anonimato a la personalidad marca la adaptación como transformadora y no como derivativa.

En el TIFF 2025, Exit 8 se estrenó ante un público curioso por saber cómo un simulador de caminata con una premisa tan sencilla podía convertirse en un largometraje. La recepción ha puesto de relieve su capacidad para equilibrar el respeto por el material original con la voluntad de ampliar sus temas. No es una película de terror directo en el sentido convencional, sino una exploración psicológica presentada a través de un marco de terror.
Sin fecha de estreno anunciada en Estados Unidos, el alcance de la película sigue siendo incierto. Sin embargo, su estreno subraya cómo las adaptaciones de videojuegos pueden ir más allá de las narraciones superficiales para explorar interpretaciones más significativas. Al replantearse el corredor como una metáfora de los ciclos de responsabilidad, masculinidad e incertidumbre emocional, Exit 8 se distingue como una entrada distintiva en el creciente campo del cine inspirado en los videojuegos.
Fuente: Paulo Kawanishi, Polygon.
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