
Wreckfest 2 se vuelve más sangriento con autocaravanas y una mejor física de daños
Wreckfest 2 acaba de recibir una gran dosis de caos. La segunda gran actualización del juego de coches de acceso anticipado incluye algunos vehículos asquerosos, circuitos nuevos y una revisión del comportamiento de los accidentes y los daños. Aunque el juego empezó con poco contenido, el desarrollador Bugbear está pisando el acelerador. Y esta vez traen una autocaravana que parece salida de Breaking Bad.
El último vehículo añadido al garaje no es bonito. Se trata de una autocaravana cubierta de grafitis que parece haber pasado por cinco depósitos de chatarra y haber cogido todos los olores del camino. Según los desarrolladores, puede que la autocaravana no gane ningún premio de velocidad, pero es estupenda para apartar del camino a los coches más pequeños. Si ese no es tu estilo, también se ha añadido una nueva berlina llamada Cardinal. Se trata de una berlina roja más estándar, probablemente pensada para equilibrar la ridiculez de su primo más voluminoso y tosco.
Esta actualización no se limita a los nuevos coches. Hay dos nuevos entornos en los que chocar. El primero es un circuito de tierra con trazados ovalados y en forma de ocho. El segundo es un derbi de demolición ambientado en un desguace. Incluso hay una grúa en funcionamiento con una pinza giratoria gigante que puede golpear a los corredores que no estén atentos a sus curvas. Si no estás esquivando a los otros coches, puede que estés esquivando el propio mapa.
Pero no se trata sólo de nuevos lugares y cosas que conducir. Bajo el capó, Bugbear ha retocado el motor de física de forma significativa. Las colisiones con árboles se comportan ahora de forma más predecible (o más dolorosa, dependiendo de tu puntería), y se ha limpiado la forma en que los coches interactúan con las distintas superficies. Tanto si estás atravesando un foso de arena como tomando una curva cerrada sobre grava, puedes esperar un agarre más estable, o al menos más consistente.

Sin embargo, el retoque más notable está en el sistema de daños. Ahora los coches se desprenden más fácilmente de los paneles de la carrocería y se ha modificado la escala de daños en función de la dificultad. En el modo normal, puedes seguir rodando más tiempo. Pero en el "modo de daños realistas", tu coche se hará pedazos igual que si intentaras estrellar una furgoneta destartalada contra un guardarraíl de acero a toda velocidad.
"El modo de daño realista es ahora más realista".
Eso no es sólo una nota de parche. Es una promesa. Ya no esperes salir marcha atrás de un choque frontal con unos faros rotos.
Para los jugadores a los que les gustan los juegos de carreras pulcros y limpios, Wreckfest 2 no intenta competir con las simulaciones. Sigue haciendo lo que siempre ha hecho mejor: lanzar a los jugadores a escenarios caóticos y recompensarles por liarla parda. ¿Destrozas el eje trasero de alguien? Eso son puntos en el marcador. ¿Pierdes la puerta pero te cargas a otros dos coches en el proceso? Pues aún mejor.

Ahora los desarrolladores están apostando aún más por ese diseño. Cuando se lanzó la secuela, el escritor de carreras Phil Iwaniuk resumió la experiencia así:
"Arruinar deliberadamente la carrera de otro no solo está permitido, sino que te puntúan por ello". ¡T-Bone! Buen trabajo, tienes 500 puntos".
Esa mentalidad es lo que separa a Wreckfest 2 de las pulidas pistas de algo como Forza. No se trata de tiempos por vuelta ni de ahorrar milisegundos. Se trata del impacto. Tanto literal como mecánico.
Y todo encaja en una larga tradición de juegos que han abrazado el placer de chocar. Antes de Wreckfest, Bugbear era conocido por FlatOut, un juego de carreras de los años 2000 en el que no sólo destrozabas otros coches, sino que lanzabas a tu piloto por el parabrisas en minijuegos. FlatOut tenía la misma rudeza, con coches chatarra y metal desvencijado volando en todas direcciones.
Destruction Derby, otro clásico, empezó incluso antes, en la época de PlayStation. Toda su premisa se basaba en la diversión de chocar contra los rivales hasta que uno de los dos no pudiera moverse más. Nada de turbos, nada de mecánicas de derrape. Sólo tú, un coche destrozado y un estadio lleno de acero retorcido.
Wreckfest 2 mantiene vivo ese legado, pero con una física más precisa, una IA mejor y una destrucción más detallada. Cada retoque de esta nueva actualización lo acerca más a ser el heredero moderno de aquellos juegos. El caos sigue ahí, pero ahora es un poco más refinado.
Incluso cuando los juegos de carreras se ramifican hacia todo tipo de terrenos, desde la simulación todoterreno hasta los bucles de ciencia ficción, sigue habiendo espacio para la carnicería a la antigua usanza. No todos los juegos necesitan una mecánica de parada en boxes realista o un retrovisor fotorrealista. A veces, todo lo que necesitas es una furgoneta destartalada, un desguace lleno de peligros y un contador de puntos que te recompense por golpear todo lo que veas.
En Wreckfest 2 no se trata de pulir tus habilidades. Se trata de atravesar el tráfico y reírse de las abolladuras. Y ahora, gracias a esta última actualización, esas abolladuras por fin se parecen un poco más a las de verdad.
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