Los despidos de Rockstar atraen la atención del Parlamento en plena disputa sindical

La disputa entre Rockstar Games y los 31 empleados que despidió en sus estudios del Reino Unido se ha convertido en un asunto político, llegando esta semana a la Cámara de los Comunes tras semanas de protestas, demandas judiciales y malestar interno. La situación, ya prominente dentro de la industria, adquirió una nueva dimensión cuando la diputada liberal demócrata Christine Jardine planteó el asunto directamente ante los ministros, instando al Gobierno a apoyar a los afectados. La intervención puso de relieve cómo el conflicto, nacido en las oficinas de desarrollo de Edimburgo y otros lugares del Reino Unido, se sitúa ahora en el escenario nacional a medida que los trabajadores se oponen a la gestión de los despidos por parte de la empresa.

Jardine aprovechó su intervención en el Parlamento para destacar las preocupaciones de sus electores que trabajaban en Rockstar North. Afirmó que los empleados despedidos creen que se les atacó por intentar sindicarse y por hablar de sus condiciones de trabajo en privado con sus compañeros. Rockstar rebatió esta afirmación presentando los despidos como una respuesta a una "falta grave", que más tarde se aclaró como la distribución de información confidencial fuera de la empresa. Los intentos de conciliar ambas versiones han generado hasta ahora más preguntas que respuestas, y Jardine ha solicitado un mayor diálogo con los ministros para determinar si el gobierno tiene algún papel que desempeñar en el apoyo a los trabajadores despedidos o en el examen de la cuestión más amplia planteada por el conflicto.

En el Parlamento, Jardine se dirigió directamente a la cámara con un agudo resumen de las reivindicaciones de los trabajadores.

"Esa empresa es la compañía de videojuegos Rockstar, que ha despedido al menos a 30 empleados en todos sus estudios del Reino Unido, incluido Rockstar North en Edimburgo", dijo. "Varios de mis electores se han visto afectados, y algunos vinieron a verme la semana pasada para expresarme su preocupación. Afirman que han sido despedidos porque intentaban sindicarse y estaban discutiendo las condiciones de trabajo en privado. Pero Rockstar les ha acusado de distribuir información confidencial, y les ha despedido por falta grave". - Christine Jardine

En sus declaraciones también reconoció que había solicitado información a la empresa y ahora pretende reunirse con el ministro responsable. El asunto sigue abierto, y los ministros aún no han indicado qué medidas tomarán, si es que toman alguna.

Mientras los comentarios parlamentarios de Jardine sacaban a la luz pública la disputa política, la presión dentro de Rockstar también se ha intensificado. Más de 200 empleados de Rockstar North han firmado una carta dirigida a la dirección en la que piden la readmisión de los trabajadores despedidos. Los firmantes condenan los despidos como represalias y los relacionan directamente con los esfuerzos de los empleados por formar el Sindicato de Trabajadores de Rockstar Games en el marco del Sindicato Independiente de Trabajadores de Gran Bretaña (IWGB). El sindicato ya ha presentado una demanda judicial contra Rockstar, alegando que la empresa se dedicó a reprimir a los sindicatos y actuó de forma ilegal en su persecución de los despedidos.

Los trabajadores despedidos, muchos de los cuales permanecen en el anonimato por temor a represalias, han descrito un clima definido por el miedo y la incertidumbre.

"Es alentador ver a tantos de nuestros compañeros apoyándonos y pidiendo cuentas a la dirección: durante un periodo en el que Rockstar quiere que sintamos miedo, mis valientes ex compañeros marchan directamente a la puerta de nuestro jefe y exigen que se escuchen nuestras voces y no se echan atrás", declaró un ex empleado.

"Está claro para todos los que están cerca de esta situación que se trata de un acto descarado y sin disculpas de despiadada represión sindical".

El organizador del IWGB, Fred Carter, amplió posteriormente esas críticas, situándolas dentro de un patrón más amplio que ha llamado la atención pública sobre la cultura interna del estudio. "Al decidir despedir a más de 30 miembros del sindicato, Rockstar ha llevado a cabo un acto de destrucción sindical al estilo de Amazon sin precedentes en la industria de los videojuegos", dijo Carter. "Se trata de una empresa que se beneficia de más de 440 millones de libras en desgravaciones fiscales en el Reino Unido, mientras muestra un desprecio insensible y descarado tanto por el sustento de los trabajadores como por la letra de la ley". - Fred Carter

Se han celebrado protestas en Londres y Edimburgo, y hay más previstas este mes en esas ciudades, así como en París. La respuesta de los trabajadores, desde cartas internas a manifestaciones en la calle, ha supuesto un impulso sostenido para cuestionar la versión de los hechos de Rockstar y sensibilizar a la opinión pública sobre el conflicto.

La controversia también llega en un momento en que la empresa se encuentra bajo presión por razones no relacionadas. Recientemente, Rockstar ha retrasado Grand Theft Auto 6 de mayo a noviembre del año que viene, una decisión de gran repercusión que ha eclipsado otros acontecimientos en torno al estudio. Take-Two, la editora, ha justificado el retraso para dar más tiempo al equipo a alcanzar el nivel de pulido que se espera de la serie. Reafirmó su apoyo a Rockstar y expresó su confianza en el producto final.

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