
Un tipo convierte su sótano en una nave espacial porque, ¿por qué no?
Todos hemos tenido ese momento en el que miramos a nuestro alrededor y pensamos: "A esto le vendría bien algo más". Para un genio del bricolaje, ese algo extra se convirtió en una sala de simulación de una nave espacial en el sótano de su casa. Olvídate de las cuevas, esto es escapismo del siguiente nivel.
Una misión para escapar de la realidad

Crédito de la imagen: Charlie Hall | Polygon
Cuando la temporada política se calentaba a mediados de 2024, un redactor de Polygon decidió que necesitaba un cambio, no sólo en las noticias que consumía, sino en todo su entorno. En lugar de dedicarse al doomscrolling, se puso manos a la obra para construir su propio oasis privado. Y ese oasis resultó ser un refugio con temática de nave espacial alimentado por viejos ordenadores, luces LED y un ambiente de ciencia ficción.
¿El objetivo? Crear un espacio completamente separado del mundo exterior. Un lugar donde no existiera el estrés, donde no se filtrara la indignación de las redes sociales y donde siempre fuera el momento de embarcarse en una misión intergaláctica.
La construcción: De chatarra a nave estelar

Crédito de la imagen: Charlie Hall | Polygon
No se trataba de una simple situación con tiras de LED: este tipo se lo jugó todo. Con experiencia en modding y bricolaje electrónico, ya tenía una colección de viejos monitores LCD, piezas de ordenador aleatorias e incluso un simulador de vuelo construido a partir de un Ford Taurus desguazado. Lo lógico era convertir toda esa tecnología en algo chulo en lugar de dejarla acumulando polvo.
¿El primer paso? Conectar todo lo que tenía. Tras pasar un fin de semana limpiando discos, actualizando viejos sistemas operativos y consiguiendo que varios monitores funcionaran a la vez, de repente tenía una configuración multipantalla que mostraba varias escenas espaciales.
- Un monitor mostraba un campo de asteroides en bucle.
- Otro mostraba una batalla espacial.
- Un tercero mostraba procedimientos de acoplamiento sacados directamente de Elite Dangerous.
Básicamente, su sótano empezó a parecer el puente de mando de una nave estelar, con pantallas que actuaban como "ventanas" futuristas al espacio profundo.
El ambiente espacial cobra vida

Crédito de la imagen: Charlie Hall | Polygon
Pero no se trataba sólo de lo visual. El sonido jugó un papel muy importante en la inmersión. Instaló altavoces Bluetooth para reproducir una mezcla de:
- Charlas por radio desde un campo de tiro de un helicóptero militar.
- El zumbido de los motores de Star Trek: The Next Generation
- Paisajes sonoros ambientales inspirados en Alien y otros clásicos de la ciencia ficción.
Y luego, por supuesto, vino la iluminación. Un viaje a Aldi (¿dónde si no?) le proporcionó unas tiras de LED baratas que colocó estratégicamente por toda la habitación: detrás de los libros, alrededor de las tuberías de calefacción, ventilación y aire acondicionado, y a lo largo de las estanterías. ¿El resultado? Una luz tenue, similar a la de una nave espacial, que parpadeaba como los paneles de control de una película de ciencia ficción.
Para colmo, encajó una cabina improvisada (también conocida como asiento de cubo) entre la caldera y el calentador de agua. Puede que no sea el USS Enterprise, pero tiene carácter.
La frontera final: Vivir en una nave estelar
La transformación no ha sido sólo un adorno, sino que ha aprovechado al máximo este espacio. Desde aerografiar miniaturas hasta sumergirse en Elite Dangerous VR, se ha convertido en su refugio personal para todo lo relacionado con los frikis. Incluso la familia se ha unido a él: sus hijos hacen manualidades allí y hasta ha organizado cócteles en su "nave secreta".
¿Suena un poco ridículo? Claro, pero ¿también suena increíble? Desde luego.
Por qué es importante (y por qué deberías construir tu propia escapada)
En un mundo en el que nos bombardean constantemente con noticias, estrés y ruido digital, a veces lo mejor que podemos hacer es crear un espacio físico que nos haga felices. Quizá para ti no sea una nave espacial, sino un rincón de lectura, una acogedora sala de juegos o una auténtica taberna de fantasía en el sótano.
De lo que se trata es de construir el espacio al que quieres escapar. Llénalo de cosas que te hagan feliz. Porque, al fin y al cabo, todos necesitamos un pequeño refugio de la realidad. ¿Y si ese refugio se parece a la sala de control de un carguero que huye de piratas espaciales? Aún mejor.
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